No creo que sean difíciles de hacer, pero si que tienen su punto, mi recomendación es que las claras de huevo deben quedar muy bien montadas, para que no se deformen cuando se ponen en el papel de hornear.
Una ventaja que tienen es que se pueden congelar, hasta puedes hacerlos y reservarlos para el momento que te plazca, solo debes dejarlos 1 h. antes fuera del congelador y listo.
INGREDIENTES
Para la masa
4 Claras de huevo
60 Gr de azúcar
125 Gr de Almendra molida
225 Gr de azúcar glas
20 Gr de cacao
Para el relleno
200 Ml de nata líquida
180 Gr de chocolate negro
1 Cucharadita de extracto de café
Preparar primero el relleno. Calentamos la nata líquida sin que llegue a hervir y vertemos en un bol en que incorporaremos el chocolate negro en trozos. Con el calor de la nata se derretirá. Mezclamos hasta que quede homogeneo e incorporamos el extracto de café. Reservamos tapado con un film hasta que enfrie y posteriormente lo introducimos en la nevera.
Para preparar la masa de los macarons, tamizaremos la almendra molida junto con el azúcar glass y el cacao en polvo.
Marcamos un papel de hornear del tamaño de la bandeja de horno con circulos que haremos con la ayuda de un tapon o molde circular. Los macarons se pueden hacer de varios tamaños, de unos 3 cm a unos 5cm. Colocamos el papel con los dibujos hacia abajo.
Montamos las claras a punto de nieve bien firme incorporando poco a poco el azúcar, añadimos la mezcla de cacao, azúcar y almendra molida, de abajo a arriba, hasta que la masa quede brillante y ligera.
Rellenamos una manga pastelera con la masa y con una boquilla de 12 mm. Formar galletas siguiendo los dibujos marcados anteriormente en el papel de hornear, dejar reposar unos 30 minutos y hornear de 15 a 20 minutos dependiendo del tamaño de los macarons.
Dejar enfriar, volver las galletas y untar con el relleno una de cada dos y juntarlas. Guardar en el frigorifico 24 h antes de comerlos.
¡Vaya pintaza!
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